REVISTA DE CINE

martes, 6 de noviembre de 2012

Monsieur Dominique Lapierre


Monsieur  Dominique Lapierre

Poco o nada se ha escrito o resaltado durante los meses de verano pasado, quizás debido al éxtasis deportivo con la Eurocopa y las Olimpiadas,  pero en el estado indio de Bengala Occidental, y concretamente en su capital, Calcuta, miles de personas han rezado e invocado a dioses hindúes y de otras religiones por la salud del escritor francés Dominique Lapierre (La Rochela, Francia,1931), afamado escritor y filántropo que se recupera de un coma tras una desafortunada caída en su pueblo del sureste francés, Ramatuelle.

Lapierre, tras su etapa más fructífera de colaboración literaria con su amigo americano Larry Collins, que empezó con la exitosa “¿Arde París?, escribió su libro más conocido por el público; “La ciudad de la alegría”.  Este éxito fue encumbrado tras la versión cinematográfica dirigida por Roland Joffé en 1992 y protagonizada por un Patrick Swayze que tras ésta interpretación, vio declinar su “estrella” dejando atrás los taquillazos de “Ghost”, “Dirty Dancing” y la película dirigida un año antes “Le llaman Bodhi” por la oscarizada Kathryn Bigelow.  Aunque la versión cinematográfica sea un poco sosa y descafeinada, ayudó en las ventas de la novela; “La ciudad de la alegría” ha llegado a vender 12 millones de ejemplares en el mundo. Este best seller que catapultó al autor a la fama -fruto de su historia de amor con la India-, convirtió al Dominique hombre en una ONG, y puso al Dominique escritor al servicio de ella.

La India que Dominique Lapierre ha estado ayudando, es un país emergente con un crecimiento de un 8% anual, donde hay una clase media y millones de millonarios despreocupados de la otra India; la India en el umbral de la pobreza que no tiene acceso a los medios de subsistencia más básicos; el casi ¡40% de la población! Cada vez la separación es mas abismal, con la India pobre constantemente azotada por las calamidades naturales e ignorada desvergonzadamente por sus compatriotas. En un país donde la corrupción esta incrustada en todos los niveles de la sociedad y con una burocracia paralizante llena de cortapisas administrativas, se agrava el suplicio de los pobres con no ver llegar parte de las ayudas que destinan las ONG’s porque tienen que pasar por el paperasserie gubernamental. 

En India existen grupos religiosos que se oponen al trabajo de las ONG’s, pero la realidad es que ellas hacen el trabajo por el bien social que ni el Gobierno se preocupa por atender. Pero las Organizaciones No Gubernamentales, no quedan exentas de acusaciones, ya que la mayoría no están establecidas con el verdadero fin de ayudar a los necesitados. Muchos indios crean ONG’s con el único propósito de evadir impuestos a la hora de declarar la renta, o, con el fin de lavar dinero negro; bien las asocian a sus empresas o crean ésta dentro de la fundación. Existen incluso ONG’s españolas en la India que se han convertido en atracción turística; en parada última en el itinerario de viaje. La agencia turística en coordinación con la fundación organiza la visita guiada antes de volverse el turista a la España querida con sus maletas llenas de “chucherías” compradas por ejemplo, durante el viaje típico al “triangulo de oro”;  Delhi-Agra-Jaipur. Así, mientras se reclina gustosamente con la mantita en el asiento del avión de vuelta a la madre patria y ajusta la película en la pequeña pantalla incrustada en el asiento delantero, dejará atrás cualquier “remordimiento” de haberse llevado las gangas regateadas sin haber donado algo a cambio con anterioridad habiendo expuesto su pena y pesar en público entre las “desgraciadas” viudas y niños “melosos” de la fundación; <<Yo apadrino un niño en la India>>. Con su conveniencia y holgura se jactan cínicamente desde la distancia geográfica. Lo triste es conocer que a pesar que en la India hay unas 5 millones de ONG’s sigue siendo uno de los países con más pobreza en el mundo.

Como nos cuenta en su último libro titulado; “India Mon Amour, con donaciones de sus lectores y cediendo la mitad de sus derechos de autor a acciones humanitarias en los barrios de chabolas de Calcuta y en las zonas rurales más pobres de Bengala, el escritor y su esposa, han contribuido a salvar a miles de niños enfermos de lepra, afectados por otros problemas físicos y mentales, y a curar a ¡un millón de tuberculosos!  A su fundación y persona no se les puede acusar con fundamento de corrupción ni de egolatría; saciando algún premio de reconocimiento internacional o de ir buscando portadas en revistas internacionales. Pero sí se les puede criticar. Criticar por el infortunio de tener que cerrar alguna escuela u hospital por no seguir  obteniendo ayuda y sostén principalmente de donaciones del extranjero que debido a la crisis económica actual en países europeos últimamente ha ido menguando.

En “La ciudad de la alegría”, la enfermera Joana que vive en las chabolas atendiendo a los mas desfavorecidos, le dice al personaje interpretado por Patrick Swayze; Hay tres maneras de actuar ante la vida: huir, ser espectador y comprometerse.” En este país donde el calor sofocante y la humedad te ablandan los ánimos, donde para crear cualquier institución o empresa se requiere un sinfín de autorizaciones, sellos, firmas, licencias, permisos… se comprometió, con sonrisa sabia y serena, Monsieur Dominique Lapierre.

Alfredo de Braganza